Desde abril de 2004

jueves, 24 de septiembre de 2009

Peter Pan o de cómo hacer el canelo en Nueva York

Ahora que nuestro hombrecito se ha ido a ido a las Américas para alianzar civilizaciones de aquí y de allá entre pasteleos de salón, jabonosos soufflés y retóricas sonrisas tan absurdas como inútiles, llega hasta mi memoria esa hermosa historia de Madame de Rambouillet cuando, aburrida de la vida cortesana, comenzó a gritar: "¡Rápido, traedme papel! He descubierto la manera de hacer lo que quiero". Y lo que quería Madame de Rambouillet, según nos cuenta monsieur Tallemant, no era sino dibujar las arquitecturas de un hotel de inspiración italiana en la rue Saint-Thomas-du-Louvre, de aspecto regular, claro y armonioso, donde la intimidad y el confort lo eran todo. La Estancia Azul se le llamó y era, por así decirlo, el teatro de todas las distracciones y mundanidades; "la corte de la corte" lo llamó monsieur Le Moyne pues hasta la misma reina por allí solía mendigar ciertas atenciones. En breve ese palacio se convertiría en el prototipo del "décor" que, durante largo tiempo, serviría de telón de fondo a la "sociabilité" francesa.

Fue Jean Starobinski quien puso el acento en el impulso lúdico que dió origen a la "civilité" en su afán de mitigar la violencia de las relaciones cotidianas y remitir los comportamientos agresivos. Es así como se crea un recinto protegido, un espacio de juego, donde los integrantes renunciaban a perjudicarse y atacarse bajo la idea dominante de la masificación del placer: la "honnêteté" o erotización de las relaciones cotidianas. Y algo de esto sabía ya la Rambouillet mientras buscaba acomodo nupcial a Mademoiselle Carlotte de Montmorency tras haber sido apartada del favor real por Mademoiselle Angélique Paulet que, con su admirable voz de sirenita, cantaba semidesnuda montada en un delfín en el célebre "ballet de la Reine" celebrado en Saint-Germain-en-Laye el 31 de enero de 1609 y a la que Enrique IV quería embridar "para que cantase debajo de él". Y a estos enredos y "amusements" se entregaban estas pioneras y precoces alianzadoras, convencidas como estaban, pues así lo escribió a una amiga Mademoiselle de Gournay, que "el poder y, por ende, la insolencia que a los nobles les confiere la espada que llevan al cinto, es algo que, con la salvedad de algunos espíritus superiores, se sube a la cabeza".

¿Sería éste el motivo acaso por el que nuestra bellísima vice-tal, la de cuello de cisne y roja pelambre, afirmó ayer sin titubeos que la política exterior del Gobierno se hace con la cabeza y también con el corazón? Armada con arco y saetas, y en todo parecida a esa Dianne de Poitiers caracterizada como ninfa cazadora por Benvenutto Cellini, aunque embozada en negras pañoletas, nuestra Eva vicepresidencial intensificó la acerada metafísica de su mensaje aludiendo a que ahora ya no se ponen los pies sobre la mesa sino debajo. Ante todo la urbanidad y una cierta manera de mirar el mundo un poco rara, o misteriosa ciertamente, donde el ministro de la Guerra prefiere antes inmolarse que herir al enemigo o el de Interior jalarse unos txangurros con los verdugos en vez de mandarles a la policía, qué cosas. Pues ¿no recuerdan los otoñales tocados de Caldera o de Pepiño o el permanente transformismo del peluco de nuestro hombrecito a ese texto de Ménage en el que retrata a los "petits-maîtres" de moda: "Los vemos ocupados en peinarse y vestirse como las mujeres, y todo ello con una molicie tan indecente que no sólo cabe preguntarse si son hombres, sino si además no están en pos de otros hombres"? Porque ¿cómo limitar las ansias alianzadoras? poner puertas al campo sería, digo yo. Mas todo sea por la furia universal e igualitaria que, como es conveniente, empieza por uno mismo y por su parentela; la "politesse" ante todo; y el "bon ton", buenos modales y muchas sonrisas, "esprit de finesse".

Y es que con tantos discursos y bonhomías, tantas alianzas y cortesías, tanto glamour, esto se parece cada día más a esos salones dieciochescos donde unas cuantas cortesanas y un serrallo de caballeros se pasaban el día entre talcos perfumados, "divertissements", y máquinas de hacer chispas mientras producían ideologías y amenas filosofías con las que alimentar a la famélica legión que acampaba extra-muros. Un lugar utópico fuera del mundo y de lo real, como quimérica e irreal se nos parece esa extraña peregrinación a Nueva York de nuestro hombrecito, ese increíble Peter Pan camino del País de Nunca Jamás. Y bien está que sea así si semejante idiotez queda sólo en un cuadro de escena de "Las preciosas ridículas" y no tenemos que pagar otro precio. Como el que pagaron todos esos monsieurs y mademoiselles de que les hablo y cuyo epitafio escribió Hippolyte Taine momentos antes de que las carretas salieran hacia la "fenêtre" de la Place de la Concorde. Querían alianzar el mundo y vino el mundo y se les merendó. Y no sólo a ellos ciertamente.

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(Escrito por Fulano, amigo mío, hace unos cuatro años. Por si álguien se hubiera quedado con hambre, siguen unas sobras de la tertulia posterior...)

Parece como si ese antiguo juicio de Piermarini ("Tutto é teatro e tutti siamo attori")se hubiera convertido en el axioma de nuestro tiempo. A nuestro hombrecito lo real, los problemas reales que muerden la conciencia y los pensares de los hombres, parecen importarle muy poco, o nada en absoluto, y eso explica quizá que se pase la vida creando logomaquias y mentiras, pirotecnias.

En una carta que Lord Chesterfield, de visita a París, escribe a su hijo el 9 de julio de 1750, escribe desconcertado: "En París, tu objetivo esencial, por encima de cualquier otra cosa, consiste en volverte un perfecto hombre de mundo...tendrás que saber reconocer el lugar y el momento justos para decir o hacer cualquier cosa y actuar luego según como conviene". Como podrás imaginar para un inglés, serio y pragmático, todo ese "tomateo" era cosa desacostumbrada y extraña. Pensaba, con sus ojos de observador extranjero, que los franceses "descuidaban las sustancia, dan importancia a las cosas de poca monta y anteponen el placer de parecer al de ser realmente". "Es -escribía- una nación silbante, danzante, frívola, sugerida por la conducta de muchísimos petit-maîtres, decididamente engañosa".

Y a esto hemos regresado. Nuestro pequeño petimetre se ha ido a N. York a alianzarse con sanguinarios y terroristas, con los que están minando nuestra civilización y nuestra cultura, tan contento.Y todo en "parfaitement bonne compagnie", qué miedo.

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No vendrían mal unos buenos pastores. Con buenos mastines y podencos. Es el nuestro verdaderamente un país donde nunca hemos valorado mucho la ponderación y la medida y por eso necesitamos que nos embriden. Somos excesivos, pendularmente trágicos. Posiblemente esto traiga su causa de que no tenemos una correcta percepción de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. Entre el héroe y el villano hay mucha gente en el medio.

El español puede llegar a hacer cosas admirables y sublimes (basta con ver la epopeya americana para encontrar mil ejemplos) y también puede tocar lo más abyecto. Lo que le cuesta es ser una persona normal. No sabe. Por eso, cuando no tiene por delante un reto heroico o está atrapado por sus horribles demonios interiores, el español es una especie de inadaptado, de autista, capaz de tomar las decisiones más incomprensibles que imaginar pudiera. Algo de esto debe haber en la elección de nuestro hombrecito y de su banda para conducir la suerte de España. Hay que ver cómo nos castigamos a nosotros mismos cuando no tenemos enfrente a quien castigar.

España es una sombra de si misma. Un negro espectro de lo que podría ser. No tiene aliento. Sólo llegará a ser lo que puede ser cuando tenga delante un proyecto colectivo de vida en común realmente sugerente, capaz de entusiasmarnos. Entre tanto, hay poco que hacer y los lobos se pondrán las botas.

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La fe es como ese hilo sutil del que habla Benavente, tejido con luz de sol y con luz de luna, que a los humanos nos hace parecer divinos. Y que advierte que no todo es farsa en la farsa, que hay algo que es verdad y es eterno y que no puede acabar cuando la farsa acaba.

El desguace de España, no sólo como unidad política y territorial sino además como entidad espiritual y cultural, no es ya una amenaza sino una realidad fácilmente contrastable. Y aunque persisten muchos rasgos y maneras, y ciertas memorias, de esa España que amamos, debemos admitir que esto es ya otra cosa. Y lo preocupante no es que haya cambiado pues la mudanza es cosa natural y el tiempo cambia la piel de las cosas y las lava. Lo grave es la ruptura violenta que se ha producido que, como el huracán Katrina o el tsunami asiático, ha anegado todo a su paso rompiendo el curso de las generaciones y arrancando a las gentes de un terreno fértil, de un "humus", que le permitía comprender el humano pasar y disponerse a su celebración. Lo grave es que hemos saltado de una nave que nos parecía lenta y oxidada y ahora no hay tierra a la vista; ni botes salvavidas quedan. Y, aunque rodeados de neones y pirotecnias que nos anuncian que todo es por nuestro bien y que a la plenitud hemos llegado, el hombre está más solo y angustiado que nunca. Y se ahoga. Y los tiburones no dan descanso.

Y entonces ese hombre se para y se pregunta qué le puede estar ocurriendo. Pues ésa es nuestra esperanza. Y tal vez algún día comprenda que la nave sigue ahí y que, a su paso, es un lugar seguro, y amable, aunque carezca de ciertos lujos, y que nos llevará ciertamente a algún puerto favorable.

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Hemos arruinado un soberbio edificio que nos daba cobijo y abrigo y no lo hemos sustituido por nada. Estamos a la intemperie, morando un paisaje de ruinas y devastaciones. Lo que explica que la gente se limite a salvarse de la quema. El ayer ya fue y el mañana no ha llegado; y, entre tanto, el hoy se presenta como una alegoría amenazante e inexplicable, como una declaración de fe en nada.

La fe se presenta al hombre de hoy como algo externo a la fenomenología, propio de hechiceros y brujos, inaceptable para el hombre que piensa. Su lugar lo ha ocupado un relativismo rabiosamente intolerante que impide hacer pie en ninguna realidad, en ninguna verdad objetiva, dando lugar a un proceso de roturación de la mente a la que se priva del contacto con "lo real". Pues una cosa es la "ausencia" de Dios -patente en nuestro tiempo para tantos- y otra bien distinta es la "inexistencia" de Dios. Pues, guste o no guste, Dios es todavía un Señor al que se le debe cierto respeto. No en vano, como dice el Libro de la Sabiduría, "Él lo ha ordenado todo según la medida, el número y el peso". Y los que gustan llamarse científicos no son otra cosa que ideólogos. Ideólogos de la nada, diríamos. Yo, que soy de natural optimista, me sorprendo a mí mismo en ocasiones cuando concluyo este tipo de cosas, tan inquietantes. Pero esto es lo que hay y no se puede volver la cara a la evidencia.

El secreto de la fe es el estupor, el "thaumázein", el admirarse, que ya para Aristóteles era el origen de toda reflexión y de toda ciencia. Pero nos han sacado los ojos y nada vemos. Pues, como dice Péguy, bastaría con mirar para creer. Es Dios tan evidente, madre. Y el mundo, tan ilusorio...

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Concebido en su conjunto el paisaje que se vislumbra es muy preocupante, especialmente para los optimistas, que ya no saben donde hacer pie. A nivel individual se puede desandar y retroceder de un sistema claramente lesivo para el hombre como el que, en no pocos aspectos, nos rodea. Pero socialmente no me parece que sea cosa fácil o harto difícil más bien.

De otras peores hemos salido; no diré yo lo contrario pues así es. Pero estamos hollando a nuestro paso todas las flores del camino dejando atrás un paisaje desolador. Algo parecido a lo que Blake reprochaba a Newton cuando le acusaba de haber destrozado, agostado e inhumanizado, de alguna manera, la magia del arco iris. Supongo que saldremos de ésta aunque con profundas heridas y cicatrices; como unos zorros, vamos.

No hay otro bálsamo para sostener la esperanza que la fe, esa fe que, desde luego, es un don gratuito y liberal del Padre para con sus hijos, del Creador para con las criaturas. La donación o dación de la fe encuentra, o no, su respuesta en el hombre que la recibe o la rechaza. No somos los hombres los que queremos (volitivamente) tener o no tener fe sino que es un don que nos llega y que aceptamos o no aceptamos. Y esa aceptación libre que nos corresponde está íntimamente unida al estupor que nos conmueve y nos dice que vivimos no de nosotros mismos sino de lo que está por encima de nosotros y sobre nosotros.

Es curioso comprobar sin embargo cómo la intensidad de la credulidad individual modula todo el panorama. Unos beben cada mañana un café compuesto de horóscopos, augurios y vaticinios. Otros creen concienzudamente en hombrecitos verdes que bajan de platillos voladores, en la incidencia del tarot y de los rayos cósmicos en nuestra vida, en las terapias orientales o animistas, en la configuración amenazante de las estrellas o de las manchas solares. Y sin embargo cada vez son menos los que creen en el Dios encarnado y humanado, en el que se introdujo en la Historia de los hombres y sacudiéndola enteramente, entonces, destrozó la Historia dejándola irreconocible. Pues es magia lo que nos gusta y no evidencias.

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Muy pocos, en la primavera de 1789, hubieran sido capaces de prever la que estaba llegando. Desde luego que no podía imaginarlo el rey Luis, ni la reina, ni Necker, ni ninguno de los que pasaban los días entretenidos entre amenidades y sutiles filosofías. En dos años el Régimen Absoluto sobre el que descansaba Francia, y toda Europa, fue tumbado y extinguido sin remedio. Nunca volvió a levantarse.

Algo parecido nos ha tocado vivir ahora donde todo un sistema político y social está siendo cuestionado y liquidado y caen precipitadamente creencias, valores y hasta realidades que creíamos del todo intocables. La centrifugación de España es una dolorosa realidad hoy mismo por más que ya Ortega lo anticipara en los años 20 con su teoría de las "desincorporaciones".

La anastilosis que nos espera (palabra que significa "recomposición de las partes desmembradas de un objeto") será un proceso largo, minucioso e incierto. Y nunca la porcelana quedará igual que antes de que se astillara en mil pedazos y fragmentos. Y tampoco hay certidumbre de que el personal tenga muchas ganas de restaurar lo que fue dañado. Más bien no tiene ninguna gana. Se aburre.

En el coro alto de San Marcos de León puede aún leerse esta frase: "Omnia nova placet" (Todo lo nuevo agrada) y algo de esto ciertamente nos pasa por estos pagos. No importa que lo que venga sea bueno o malo; bastaría con que fuese nuevo o irreconocible o distinto. La televisión se encargará del resto pues no en vano tiene por tarea fundamental acabar con los espacios de libertad de los hombres para crear una especie de "ciudad levítica" global, sin espacio para el libre pensamiento.

Por eso creo que no debemos ocuparnos ya de lo que está perdido pues perdido está ese mundo que conocimos y que amamos. Todo eso está perdido. Y el diluvio no dejará nada en su sitio. Pues nos estamos metiendo en agua. En lo que debemos concentrarnos es en construir "Arcas" que nos permitan sobrevivir al diluvio. Sólo quienes encuentren acomodo en un arca podrán salvarse de las aguas y, cuando éstas desciendan, recomenzar.

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El políptico no retrata paisajes amables, precisamente, sino que nos remite más bien a esas inquietantes pinturas del Bosco o de Brueghel que podemos todavía admirar en las salas de arte flamenco del Museo del Prado. Pues inquietantes son y hasta los adentros se escuecen ciertamente viendo tantas hogueras en el horizonte y yermos muertos, tanto espectros y cadáveres, tantos sonidos sordos, tanta desolación. Pues en ésas estamos aunque ninguno, o bien pocos realmente, hagan lamentación de todo esto.

Pues el hombre de hoy está ciego y lo está porque le han vaciado los ojos para ver cualquier epifanía de belleza o majestad que le pongan por delante; tampoco ve lo bueno y lo verdadero pues le han convencido -tal como le dice el vampiro Tom Cruise al vampirizado Brad Pitt en "Entrevista con un vampiro"- que "el mal es solamente un punto de vista". Y además nos han persuadido de que todo lo que está pasando es "por nuestro bien". Nos han dicho que el hombre nuevo ya se ha sacudido todos los fantasmas del pasado y que ha sido "redimido" por la democracia y la libertad y que a la plenitud hemos llegado. Y tan contentos.

Pero nada vemos. O, como escribiera San Pablo, lo que vemos lo vemos "in speculo et enigmate", como un espejo y un enigma. Y porque parece mentira, la verdad nunca se sabe en estos tiempos nuestros de plenitud. Con la televisión basta, y unos euros en el bolsillo que nos recuerden que todavía somos "alguien". Un "yo" de mentira (ens fictum) parece haberse apoderado de todos y tanto da decir grandes verdades como solemnes idioteces pues ninguna de las dos cosas tiene consecuencias.

Sin embargo, estoy lleno de esperanza, por increíble que parezca. Y también de alegría. Digamos que me manejo por la vida con alegría y con esperanza pues una y otra no dependen de las cosas que pasan ni del mundo que me ha sido dado conocer, sino de Alguien que está por encima del mundo y de las cosas. Y que me ama.

Comprendo que álguien pensará que me dedico a defender causas perdidas pero, ¡qué le vamos a hacer!, los caballeros sólo defendemos causas perdidas. Así de locos somos los caballeros andantes. Y además estoy convencido de que mientras no nos quiten la alegría, no nos quitan nada. Nada de nada. "-Preguntas como me siento. Pues bien, la alegría es todo" se puede leer en "El rey Lear" de Shakespeare. Eso mismo pienso yo.

No temas. Ni por ti ni por tu familia. Aunque todo pase, Él permanecerá a nuestro lado "hasta el final de los tiempos". Sé muy bien lo que me digo. Por Su culpa tengo yo la razón herida. Si Le encuentras, comenzaras a ver. Y a "comprender". Y a entender esas palabras de Teresa Sánchez, la muchachita de Ávila, cuando escribía: "El mundo, cogido a peso, no pesa y no es".

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Post nubila, Phoebus". Tras las nubes, el sol. Así reza un adagio romano.

Lo que ocurre es que es que, de vez en vez y de cuando en cuando, las nubes vienen con piedra, espantosos rayos, vientos huracanados y otros muchos fenómenos que dejan la cosecha arrastrada y deshecha. Estas trazas tiene la tormenta que se avecina, a mi parecer. Como aquella con la que se abre el Acto I de Macbeth.

Decía un viejo dicho irlandés que "no hay viento favorable para quien no sabe a dónde va". Y a mi me parece que esto es lo que está pasando. Hemos abierto la caja de Pandora y los malos espíritus se han escapado por todos los caminos y ahora no hay quien los recoja. Más de un susto nos darán; y ciertas amarguras lógicamente porque esto nunca sale gratis.

Decía Stefan Zweig que la tierra no se labra sola; hay que forzarla para que dé fruto. Sin embargo aquí ya no hay quien are ni siembre ni coseche. "Cosas viejas" parecen. Nuestro incomprensible hombrecito está haciendo de la huerta un solar y el destrozo es de los que hacen época. Está desguazando España y arrojando cal viva sobre un luminoso patrimonio de valores y creencias que nos han permitido articular la convivencia, edificar a las personas y vivir en paz y en libertad. Está rajando de arriba abajo un precioso telar hilado por el paso de los siglos y está también triturando las conciencias, que se quiebran a la menor violencia.

Esto es lo que hay.

Las cosas hay que decirlas que, si no, hay dudas.

No puede el árbol malo dar buenos frutos leemos en el Evangelio de Mateo. Ninguno lo dude.

La fe. "Primero la besas y luego te das cuenta de que la has besado" que aquí podría traducirse por "primero te impresionas y luego te das cuenta de que te has impresionado". Primero te admiras y luego te das cuenta de que Le estás adorando. Goethe decía que "el estremecimiento ante lo sagrado es la mejor parte del ser humano" y es muy cierto. ¿Qué es lo más difícil? Lo que parece más fácil: ver con tus ojos lo que se encuentra ya ante tus ojos.

De eso se trata.

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Somos carne. El hombre es carne y es espíritu pero muy a menudo se nos olvida que somos carne. Y por tanto, las heridas nos duelen y sangran y las melancolías mastican nuestros adentros y pareciera que los trituran. Por eso es muy natural hacer lamentación de lo que se pierde, no podía ser de otra manera. Sólo se canta lo que se pierde, decía el poeta; así es.

Pero también decía otro santo poeta, Agustín, el africano, eso de "Canta y camina" y eso digo yo. Y lo dice Cristo en Lucas: "Ninguno que eche la mano al arado puede mirar atrás". Siempre hacia delante. Fíjate en el testimonio de Juan Pablo II y me ahorrarás muchas palabras.

Todo está perdido, para mí eso es una evidencia. Todo un mundo que hemos conocido y amado se deshace. Y eso duele. Y duele hasta morir: triste ma morire (triste hasta morir) dicen los italianos. Es natural, ¿cómo no vamos a dolernos de la muerte de lo que tanto hemos amado, de los nombres que hemos pronunciado, de las cosas que nuestros dedos tocaron? Un mundo que ha sido el nuestro -no hemos vivido otro- se descompone y nos dolemos, naturalmente. Como si nos deshuesaran.

Pero esto no es lo importante por más que ese dolor sea infinito pues somos carne y la carne está pegada al hueso y pegada al mundo y todas las cosas del mundo nos importan, sólo faltaría. Ya no se puede defender la ciudad, los bárbaros están dentro y cuentan incluso con muchos ciudadanos cómplices que no soportan ser libres, les aterra esa posibilidad. Si yo supiese que la ciudad puede salvarse correría armado hasta la barbacana de la muralla a defenderla. Pero todo está perdido, el diluvio está aquí y no quedará nada. Nada de nada. El diluvio no dejará nada en pie y sólo respetará a quienes se hayan metido en el arca.

Arcas son lo que tenemos que crear. Arcas que nos protejan del diluvio para que, pasado éste y apaciguadas las aguas, se posen de nuevo sobre la tierra y recomenzar. Recomenzar.

Hay que hacerse a la idea de recomenzar, de empezar de cero otra vez. Europa es ahora tierra de misión y hasta en mi pequeño pueblo ya no son pocos los que jamás han oido hablar de Cristo. Así estamos.

Esto es lo esencial: salvar en pequeñas arcas, en pequeñas comunidades cristianas conscientes de lo que está pasando, el tesoro de la fe. Para que, pasado el diluvio, podamos recomenzar. De esto se trata. Eso hizo San Benito en el siglo VI: construyó trescientas arcas, trescientas abadías benedictinas que flotaron por la noche de Europa casi cuatrocientos años y salvaron no sólo la fe de Cristo sino también los valores y creencias del mundo griego y romano, y la cultura entera. Luego se posaron y recomenzaron.

La aniquilación de España, la laminación de nuestros símbolos y valores patrios, la liquidación de la justicia, el derecho y el servicio público, la corrupción de la convivencia o la real defunción de la libertad son certidumbres tal día como hoy. Todo eso está perdido. Ayer mismo el forense levantó acta del cadáver de España y por la noche cines y discotecas estaban hasta arriba. La gente pasa o se descojona mismamente. No hará nada por salvar su patria. No moverá un dedo. No hay nada que hacer.

Sólo el tesoro de la fe podemos salvar. Seremos muy pocos en unos años pero qué importa. A esto debemos disponernos. Con alegría, esa alegría que procede de saber que la batalla ya está ganada y que es una felicidad estar aquí. Y con esperanza; la esperanza de saber que pertenecemos a Otro y que este Otro ha jurado acompañarnos siempre. "No os tocarán un pelo" dijo el Cristo. Así es.

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Lo que yo creo es que todo el mundo civilizado en el que hemos nacido y que amamos es un espejo de una realidad anterior y fundante. Anterior y fundante. Es decir, el amor a la libertad y a la justicia, el anhelo de paz y de convivencia, el culto a la verdad, el interés por los pobres y desfavorecidos, la familia, el derecho inalienable a la vida no son flores que han surgido alegremente en nuestro jardín. Hubo que sembrarlas, regarlas, cuidarlas. Antes que las flores hubo el Sembrador, el Creador.

En esa medida me parece un error querer salvar las flores y las ramas si nos están talando el tronco y desenraizándolo. Tenemos que volver a lo esencial, al principio. A salvar aquello de lo cual manó todo lo demás y lo dio sentido. Hay que concentrarse en salvar el tesoro de la fe y la herencia cristiana pues todo lo demás, todo, dimana de aquí. Si lo hacemos a la inversa habremos equivocado fatalmente nuestra misión.

Ese tronco robusto que explica los valores de la sociedad cristiana occidental se encuentra amenazado por incontables leñadores dementes que, con el hacha en mano, están derribando el bosque. Por eso es necesario recoger unas semillas o esquejes y volver a plantar. Para que de nuevo, pasado algún tiempo, ese retoño sea un árbol centenario y corpulento y pueda dar sombra, y fruto y vida.

Cualquier otra cosa me parece un error por más que a mí me desespere también, y cuán hondamente, ver a los leñadores tumbar el bosque entero y pisotear flores y ramas, ésas a las que tanto amo.

Este estado de cosas me llena de dolor, porque somos carne y la carne se duele de las mordeduras. Pero ese dolor no me hará nunca abdicar ni de la alegría de vivir ni de la esperanza en el porvenir. Yo vivo en el palacio de la alegría y de la esperanza. Aunque truene; y truena. Pues no vivo de mí sino de Alguien que está por encima de mí y que con su muerte y su resurrección ya nos anticipó la Victoria.

domingo, 12 de julio de 2009

El mundo hecho domingo por la tarde

El tiempo pasa y en realidad nunca se pueden advertir los umbrales de paso de época, los peak oils de la vida. Lo más que se puede decir es que sólo en algunas ocasiones, como “la caída del muro de Berlín” el 11s o el 11m experimentábamos, ante tales noticias perplejidad e inquietudes extrañamente nuevas, barruntábamos inminentes cambios radicales de nuestras vidas, mas todo ello en un cotidiano y monótono día a día del transcurrir del tiempo, sin solución de continuidad, en una agobiante repetición de lo mismo, pues parecía que nunca iban a vivirse otras cosas, otros modos de configurarse las cosas y los procesos y… que Dios nos conserve la vista.

Mientras esperábamos la riada, el agua subió hasta las rodillas. Con tal lentitud sucedía todo que apenas nos dábamos cuenta de que las cosas iban cambiando, hasta que un día cualquiera se advertía un comportamiento inusitado, ílicito tal vez, pero totalmente generalizado.

Sólo en los libros de historia hay puntos y aparte, páginas en blanco, capítulos y unidades didácticas. En la vida real no hay nada de eso, por mucho que nepotistas extranjeros, tras pegar unos tiros, hablen de amaneceres de nuevos órdenes mundiales ¡como si algún vikingo, al llegar a Terranova hubiese dicho con voz solemne, “ahora se terminó la Edad Media”!

Hay un continuo masivo de fluida perplejidad en cuyo seno los valores socialmente vigentes se van silenciosamente desgastando un poco cada día hasta que, de pronto, en un determiando aspecto o sector del mundo que existimos se produce un pareciable salto cualttativo, que, salvo los iniciados y promotores -y algunos observadores-, nadie se esperaba, y lo que es peor, cuyas consecuencias mediatas no coinciden con las previstas…

Quienes han conocido un tiempo anterior se encuentran de repente en otro ambiente, que se ha ido generalizando, sin sentir el cambio, hasta que comparando lo de ahora y lo vivido antes sorprende por su variación y sus notables diferencias. Todo se v distinto, todo huele distinto, hasta la comida sabe distinto…es una experiencia universal, a los setenta, a los cincuenta, a los treinta y cinco.

Empero, los modos de relación y de reacción son iguales a los de ayer. Muchas cosas asustan, y los hijos de puta de palabra pasan a serlo de hecho, pero nada ni nadie sorprende, cambian los argumentos y las situaciones se repiten, se reconoce el guión y los gags, casi todo suena a dejà vu, y hasta los episodios politicos y las acittude ante terribles problemas internacionales. Va resultando todo aburrido como una serie española (o de cualquier otro país).

sábado, 20 de junio de 2009

Desahogo

Hay expresiones en según qué contextos que como una lupa parecen aumentar el volumen de lo acontecido, pero sólo expresan la “descomunal pequeñez” de los ánimos, las intenciones y los procedimientos de donde y por los que todo sucedió.

Pero peor que esta clase de comportamientos es cuando a ellos se suma la descortesía, pues mientras se guarda un mínimo de cortesía y de respeto mutuo, de reglas del juego, pueden pasarse por alto algunas cosas, no darse por aludido y mantener la paz, mas cuando incluso el maquillaje de la cortesía falta, ya se hace imposible ese otro disimulo cortés sin caer en la indignidad o en la cobardía.

El altruismo, la calidad moral de los demás se siente como amenazante, A MENOS QUE sirve de chivo expiatorio de la agresividad “regresiva” interesada de cualquier otro.

La indefensión en que voluntariamente se coloca el que sólo se orienta por amplias perspectivas y exigencias objetivas de la totalidad, parece estimular el narcisismo y la agresividad de los demás, hasta extremos “infantiles” por su crueldad, y sin finalidad proporcionada al daño que se produce (por ejemplo, desestabilización y desconfianza ambiente).

Y sin embargo habría que seguir actuando sin saña ni golpes bajos, teniendo a la vista horizontes amplios y objetivos, aun con la seguridad de hacernos más vulnerables a golpes bajos de los otros. ¿Hay algún modo de evitar lo bajo, lo innoble? No parece.

En fin, las cosas han sucedido ya y, por concretas razones del momento, pasaron como un vendaval por mí. Las cosas son iguales siempre y siempre distintas. Todo se ha transformado. Sacudo mi zapatillas, demasiado polvorientos de los tortuosos caminos de estas tierras, y me voy a otra parte.

Pero en estos momentos de cambio, cuando estos parajes son para mí el escenario de un recuerdo ingrato, mi ingenuidad, que no acabo de entender dónde brota, no acaba de considerar todo lo sucedido como una colosal pérdida de tiempo.

Todo lo que nos pasa, aunque irremediable, es también catártico y con lo acontecido me siento liberado de mucho de mi narcisismo, de tantos planes que contaron falsamente con una realidad que funcionase racionalmente, cuando es la irracionalidad de lo subjetivo, de lo egoísta y de lo iluso, lo que acaba torciendo todo a la larga.

Cuando en un globo terráqueo no se encuentra la salida, hay que desmontarlo, darlo la vuelta, aplanarlo sobre una mesa y convertirlo, cambiado de signo, en otra cosa. Y seguir, sin pararse, hacia otro norte, aunque haya accidentes que perduren y aunque el mapa lleve las cicatrices de nuestra rostro.

viernes, 5 de junio de 2009

Commencement 09

En los siglos XVI y XVII, cuando un estudiante que iba a Salamanca se despedía de las gentes de su pueblo, éstas le deseaban lo mejor naturalmente, pero con frecuencia añadían una coletilla algo melancólica: “Suerte has de tener, que de saber no has menester”. Eran simplemente realistas, y estaban hartos de ver que, como había ironizado el Arcipreste de Hita, el dinero o el poder hacían graves doctores de muy rudos labradores.

Pero también en esos siglos, cuando la gente de su pueblo, Martín Muñoz de las Posadas - algo más que un Maastrich o Estrasburgo en la época - preguntaba para qué estudiaba, al muchacho Diego de Espinosa, que luego sería Inquisidor General, y algo parecido a primer ministro de Felipe II, éste respondía: “Para saber”. Porque también estaba claro para todo el mundo que el saber era lo importante, y otra cosa era cómo en la sociedad podían luego anteponerse otros intereses y simulaciones.

Antes de seguir adelante, sin embargo, seguramente debo decir que entiendo el “saber” en el sentido griego de “conocimiento”, distinguiéndolo de la “tecné” o habilidad técnica o instrumental; y, lógicamente, desde Sócrates, como opuesto a la “doxa” u opinión. Y Sören Kierkegaard recordará en el tiempo en que la opinión torna a pretender sustituir al saber o certeza, su naturaleza de ser en sí misma y necesariamente una no-verdad, - por la sencilla razón de que la verdad no es opinable -, y, en su Diario de 1850, anota que “es el intento más infame de instituir la falta de conciencia como principio del Estado y de la humanidad; y una tentativa impía de hacer de la abstracción el poder absoluto”

Y entiendo por cultura, en fin, el conjunto de informaciones y sensibilidades, heredadas y aprendidas, asumidas por el yo de cada cual, que permiten simbolizar lo real, porque no hay, efectivamente, realidad alguna que no esté mediada por la cultura, y que el hombre no haya hecho simbólica, y no retiña allá en sus adentros. Incluso las realidades más fisiológicas. La cultura es, así, pieza fundante de la hominización y la humanización de cada generación que viene al mundo, digamos con cierta “sans façon” que en estado neandhertalense.

Pero lo que ocurre es que, a la hora de la transmisión de todo eso de generación en generación, no sucede en todos los planos de la realidad lo que en el plano técnico, que puede sumarse de manera mecánica conquista a conquista e ir avanzando. En el mundo del saber el avance se hace por superación e integración muy lentas, y en el de la cultura, por el contrario, todo es frágil, y lo que parece asentado debe ser sostenido para que no se derrumbe. Y su transmisión consiste en que la inteligencia y la sensibilidad de cada nueva generación, que ha venido al mundo como todas las demás, esto es, algo así como en estado neandertalense, debe ser impregnada digamos que de unos siete mil años de pensares, sentires, comportamientos, y plasmaciones de la belleza artística. O como lo expresa admirablemente una cristalera de Chartres, que representa a un niño oteando desde los hombros de un anciano, para significar obviamente que las jóvenes generaciones sobre los hombros de las antiguas pueden ver más allá. Pero sabemos que esto ya no es así.

El "excursus" histórico-filosófico del nacimiento de este mundo nuestro y de nuestra instalación en él es ciertamente complejo, y sólo puedo hacer aquí de él simples referencias, y no las más radicales, sino las más llamativas. La liquidación de todas las seguridades de la civilización en la primera Guerra Mundial, y la tablarrasa que luego se hace, en el periodo de entreguerras, de toda la vieja civilización y cultura - la cultura “tout court” - que, como Karl Löwit o Peter Gay, podemos simbolizar en la honorabilidad artística que adquiere el cuadro del “Urinario” de Monsieur Duchamp, absolutamente valorado por encima de una Virgencita del Duccio, los “ismos”, sobre todo artísticos, - tan peligrosamente hoy admirados -, que magnifican la instintividad contra la cultura, e inauguran como gran estilo el pisoteamiento de lo hermoso, lo verdadero, y desde luego de la bondad humana, el invento de una arquitectura que aniquila la concepción misma de casa, como punto de intersección de lo que viene de los padres y de la extensión a los demás. Se liquida la metafísica, se erosiona la confianza en la racionalidad y en su expresión lógica, y se arruina cualquier posibilidad de fundamentación de la ética. Los dos grandes totalitarismos se nutrirán de esta última modernidad, y lo que sigue lo sabemos muy bien. Ahí está ante nuestros ante nosotros, y lo que vemos y tocamos cada día es que, por lo pronto, ya no vivimos, en una cultura de las esencias o en la que las cosas eran lo que eran. No es ahora éste el caso. Los seres y los acaeceres no son lo que son, sino lo que se decide que sean en cada momento. La verdad ya no es la adecuación de la inteligencia a la realidad, sino que la verdad es diseñada en cada momento por una decisión hermenéutica o interpretativa, o por un supuesto consenso de opiniones, aunque en realidad sea una decisión y hasta un “ucase” por parte de quienes tienen los poderes de hecho. En verdad, ya no se miente, simplemente se denomina la realidad según se decide hacerlo, y el nombre la sustituye, se construye la realidad en cada instante, haciendo, con un poder verdaderamente demiúrgico, que lo que es no sea, y lo que no es sea. Y así quedamos enfrentados a “ídola”, pero que no representan, sino que son.

Cada uno de los hombres de nuestro tiempo no sólo nombra la realidad a su manera, y la construye, al igual decide y justifica su comportamiento según una decisión propia que llama valor; y exactamente el delito y el crimen, en la novela de Philip Kerr, Una investigación filosófica, que es una novela de anticipación cuya acción se desarrolla en 2011, son una simple variante de lo que se llama creatividad personal, equiparable a una sinfonía, y simplemente de otro orden. Y podemos sonreír, si queremos; pero, si esta actitud mental se consolida, el mal puede ser el bien, el bien el mal, o ambas cosas puros conceptos sin contenido real, accidentes semióticos como Paul De Man dice de la muerte. ¿En qué podría fundamentarse, entonces, un cierto sentido del hombre y una concepción del mundo, o una ética, si es que para este tiempo nuestro esto significa algo, y en el caso de que todo esto nos importe?

Lo que nos queda es un “nomos” o norma provisional de comportamiento, derivada del hecho técnico, y una imagen del hombre ajustada a la funcionalidad, la rentabilidad y el disfrute. Porque lo propio de la tecnología, en efecto, es que todo aquello que pueda hacerse se hace, y lo propio de la rentabilidad y el disfrute es que solamente aquellos seres bípedos que sean rentables, esto es, capaces de producir y consumir, o de servir de peana a una ideología política tienen entidad humana apreciable. El resto, puro número, sólo plantea problemas de ajustes, subsistencia, o eliminación más o menos directa o indirecta.

Esta “nueva cultura” que ha venido incidiendo desde hace más de doscientos años, y ahora suele entenderse como la tercera modernidad, ha liquidado ya todas nuestras categorías y esquemas mentales, e incluso ha instalado al hombre de una manera distinta en el mundo. Ha roto el espacio, el tiempo, la conciencia de relación con nuestro mismo cuerpo; y, liquida el lenguaje y la escritura, por los que el hombre sabía que estaba en el mundo y en la historia, y tenía que morir. Todas las imaginaciones de la ciencia-ficción se han quedado cortas. En todos los planos de cosas, el hombre vive la realidad construida de la que hablaba más arriba. En los modernos aviones, el piloto ve el camino o el paisaje en una pantalla, y no por las ventanas, o es guiado por sensores como los murciélagos, y “lo otro” se le hace presente en el llamado “atrio virtual”, y entonces se hace verdadera la fantástica hipótesis pascaliana sobre si se es capaz o no de apretar un botón que fulminaría a un mandarín chino que no veríamos. Eso mediría nuestro “ethos”, aunque me parece que estarán ustedes de acuerdo en que ya está bien medido.

Así que hablar de cualquier aspecto de la cultura humana y de la realidad de la naturaleza, siendo así las cosas, es algo sin sentido. Las palabras que en otro tiempo significaron principios lógicos y valores ontológicos son ya solamente como las palabras de las que nos dice Chateaubriand que seguían repitiendo algunos loros de la selva americana, y eran las que habían aprendido de tribus indias desaparecidas hacía tiempo.

Estamos en esta situación, y el ineluctable progreso técnico nos llevará cada día más adelante, si sigue vigiendo como hasta ahora como una verdadera metafísica y lógica de sustitución, porque obviamente no me estoy refiriendo a la pura utilización técnica, que es una gloria para el hombre, sino a su transmutación en visión e interpretación del hombre y del mundo, que es lo propio de la tecnología como Heidegger o Jacques Ellul nos han mostrado. Y, por lo pronto, tenemos que contar con otro hecho ineluctable: el específico terrorismo intelectual y moral de muestra cultura. El nihilismo en que nos movemos y somos, no sólo siente una gran satisfacción en sí mismo, sino que se considera como plenitud y acabamiento de la historia, que ya no podrá sino repetirse o ampliarse en lo que es, pero en el mismo sentido; ya no habrá un “novum”, y, por lo tanto, no puede tolerarse una divergencia, cualquier pensamiento distinto que tenga la mínima resonancia del pasado de hombre y de historia de hombre, porque sería algo no significativo e irrisorio, y también peligroso y alarmante. Nadie debe tener estos osados pensamientos. Las multitudes son bien adiestradas por los planes de enseñanza y los “media” para que no las sean posibles, y las individualidades que pudieran alentarlos, o los grupos no homologados al pensamiento correcto y único, deben ser destruidos o vueltos innocuos. De manera que el “atrévete a pensar”kantiano, el atreverse a ser hombre, a tener pensares y sentires, que en la vieja cultura humana se consideraron los constitutivos de lo humano, se está convirtiendo en una verdadera épica, porque hay que desafiar para ello la inmensa maquinaria de terror del pensamiento establecido: nada es nada, nada significa nada; sólo vale el instante y su goce de triunfo, y ¡ay! de los que no lo consigan. Incluso si, cínicamente, luego se hacen referencias, como las de los loros, de los que hablaba hace un instante, a un vocabulario, una nocionística intelectual puramente nominalista, y a unos sentimientos humanitarios y éticos que se desprecian, pero con los que hay que contar formalmente porque, como todavía hay parcelas humanas “retrasadas”, y pueden ser rentables como votantes o consumidores, debe hacerse ante ellos la comedia. Hace dos mil quinientos años Aristófanes se reía de algo así, echándolo sobre las espaldas los politicastros, sofistas, “juntapalabras” de todas clases, y vendedores públicos de bazofia, o “salchicheros” como los llamaba, pero ahí siguen y siguen más o menos disfrazados, y siendo tomados en serio.

Pero es que, hoy, el mundo de la cultura y el de la enseñanza entran también en ese mercadeo de la política, como una miserable herencia de los totalitarismos de nuestro tiempo. En realidad, la enseñanza es un proceso mediante el cual quien es superior en saber trata de hacer un igual a sí mismo de aquél a quien enseña. Es un quehacer humano asombroso, y siempre fue admirado, hasta que las doctrinas totalitarias decidieron que no debía haber prestigios y autoridades sino políticas, y que debe ser impuesta una visión del mundo como la única a la que atenerse. Todo lo que no sea esto, no sólo había que dicutirlo, sino que había que arruinarlo; y hoy liquidado está, desde luego, el viejo prestigio de todo lo que lo tenía, a comenzar por el prestigio del maestro

Aludamos siquiera a unos cuantos hechos, que nos prueban este carácter de cosa rentable de la enseñanza tanto para el poder político como para el dinero, lo que significa, por lo pronto, que quien enseña ya no será un maestro, sino un técnico, y que quienes aprenden ya no podrán tenerse a sí mismos como destinatarios del aprendizaje, sino que deben tener como tal destinatario a la sociedad de la que ellos, como quienes enseñan, son meros útiles.

A finales del siglo XIX, estalla en USA el primer ataque con artillería pesada contra la enseñanza de lo que se llaman “las Humanidades” o “la Ciencia”, con una connotación despreciativa para conocimientos no inmediatamente útiles, ni políticamente explotables o comercializables. Ese ataque viene, en primer lugar, de los grandes industriales, los señores Carneggie y Ford, que lo que quieren, obviamente, son trabajadores hábiles, - en España el señor Bravo Murillo lo decía muy claro: “aquí no necesitamos gente que piense sino bueyes que trabajen” - mientras que “acomodadores sociales”, como Dewey también en USA, explican que “violamos la naturaleza del niño y hacemos difíciles los mejores resultados éticos introduciendo al niño demasiado abruptamente a un cierto número de estudios especiales de lectura, escritura, geografía etc. fuera de la relación de su vida social. El verdadero centro de correlación de los temas escolares no es la ciencia, ni la literatura, ni la historia, ni la geografía, sino las propias actividades sociales del niño”. Y nos suena seguramente esta cantinela de hace cien años.

La “acomodación social” siempre para nuestro bien, y naturalmente algo muy moderno, se había encomendado en principio a la prensa popular barata, que repetía incesantemente el catecismo político-social y hablaba a sus lectores de sus propias actividades sociales, del famoso entorno; pero luego se traslada a la escuela. En la URSS se aprendió enseguida la teoría y se la practicó, y, para vigilar algo tan esencial, estaban los padres de los alumnos y los mentores o comisarios políticos; de manera que los niños podían muy bien no saber nada sobre cualquier asunto de aprendizaje, pero estaban al tanto de los problemas del desviacionismo de la línea del Partido, pongamos por caso; como sarcásticamente se burlan If y Petrov en uno de sus soberbios cuentos de los años veinte, “A la hora del desayuno”, que sustancialmente, estamos viendo ahora mismo desarrollarse ante nosotros. Aunque el asunto es tan trágico como en Demonios de Dostoievski lo había formulado el siniestro sistema de Chigaliov: “Todos los esclavos son iguales en la esclavitud...La primera cosa que hay que hacer es rebajar el nivel de instrucción, de ciencias y de talentos. Un nivel elevado de ciencia y de talento no es accesible más que a las inteligencias superiores y exige esas inteligencias”, y entonces se aplica, la ley general de la entropía, o crecimiento y reparto de calor por el mundo, para conseguir la nivelación general obligatoria, que se llama democracia porque todo el mundo queda a rasero, pero no los dirigentes que siempre son menos iguales, y encuentran su soporte en los niveles bajos y despersonalizados. Al fin y al cabo, se retrocede a las antiguas civilizaciones satrápicas, pongamos por caso las de los famosos calendarios precolombinos, tan maravillosos ciertamente, que enseñaban al pueblo lo que éste tenía que saber, pero las élites dominantes tenían otro calendario sólo para ellas con otros saberes muy distintos.

Y podemos escuchar a Aldous Huxley, por ejemplo, dolerse acerbamente de que aquello tan hermoso y esperanzador para nuestros abuelos ilustrados, la enseñanza primaria universal, se había convertido, de hecho, “en el instrumento más eficaz del dominio del Estado, ha servido para la militarización de las masas, y ha expuesto a millares de personas a la influencia facilísima de la mentira organizada, y a la seducción de distracciones continuas, imbéciles, y degradantes”. Sencillamente porque no se trata de una transmisión de saberes, incluidos los más altos en la medida en que estos pueden actuarse como base primaria para un ulterior y más complejo estudio, sino una instrumentación de los alumnos para que fueran útiles a la Granja correspondiente. Y dejo a su reflexión de ustedes lo infinitamente más terrible de que todo esto mismo suceda también luego en los estudios medios, que son los únicos que pueden abrir la posibilidad de un verdadero vuelo intelectual más adelante, y permitir a la enseñanza universitaria todas sus potencialidades. Y, ante ustedes, y en un acto como éste, seguramente no es el momento de evocar otras melancolías y desazones acerca de la vieja “Universitas”.

Antes de hacer alguna cuenta, en fin, con el hecho básico y transcendental del acercamiento personal al saber, y dejando ya de lado la cada día más bovarística hipótesis de que los “mass media” puedan estar en el ámbito de la cultura, quizás deba decirse al menos, para explicarlo de algún modo que el simple hecho de dirigirse a la generalidad exige una homologación o manipulación de lo que se comunica; y el lenguaje de la generalidad, y para la generalidad, tiene que ser necesariamente abstracto. Y así es; y, si se comunica un atentado terrorista con el resultado de la muerte de muchas personas, se nos dice que es un ataque al sistema político, o una táctica, o un crimen contra la humanidad. Pero es que, además, los hombres de nuestro tiempo no quieren saber nada de un ser humano concreto ni de sus historias. Somos gobernados por abstractos, y sacrificados a ellos. Y, obviamente, quien ser engañados con optimismos – la sacarina de la esperanza decía Bernanos – hasta un punto que alguien como Joseh Roth, en octubre de 1936 escribe Joseph Roth una carta a su periódico, en la que dice: “Ya no estoy en condiciones de escribir artículos que, me temo, podrían revelar un grado de pesimismo que no es conveniente mostrar ante un público amplio, por mucho que esté preparado para escuchar la verdad. Para mí no existe – para emplear el término que se utiliza en nuestra profesión – ningún «tema» que me permita concluir un artículo con ese mínimo de optimismo que evidentemente se requiere para hacer una declaración en un periódico”, ya que su clientela no toleraría una sola sombra en ese mundo de aire acondicionado y de progreso progresado en que está inmerso, y es un mundo que no puede soportar una sola mácula en su untuosa y feliz retórica.

Por otra parte, la expresión misma de la opinión se hace como opinión de uno o varios ciudadanos, cuyo nombre propio queda anulado por esa su condición ciudadana. Y ésta condición – la de ser multitud - es indiferente a la verdad o incapaz de soportarla, y por esto esencialmente Sören Kiergegaard pensaba que los medios destruirían inevitablemente la cultura.

Hay, por otro lado, en estos mismos momentos, una queja machacona, y hasta con gran publicidad, sobre la indiferencia por la escritura y los libros por parte de las generaciones jóvenes, pero no sé si se quieren contemplar sus causas profundas, y, a la vez fáciles de detectar del modo más obvio. Tanto como que estas jóvenes generaciones se han visto alejadas, desde hace un tiempo ya demasiado largo , del pensamiento racional y crítico y del sentido histórico de la cultura, por la sencilla razón de que las generaciones mayores han vendido todo eso, o simplemente lo han desechado del modo más irresponsable, o incluso lo han derribado con ira y desprecio, a cambio de un mundo totalmente nuevo que sería levantado sin tener sus pies y su peana en ningún sitio, o con el placer de la destrucción de un antiguo jarrón chino, o el desgarro de una seda de siglos, como por un singular odio a la belleza. Y, desde el periodo de entreguerras, por poner una fecha segura, éste ha sido el propósito. Ese tiempo ciertamente se alzó en odio radical contra los padres y el tiempo de los padres y sus valores de belleza y verdad, o de la bondad misma del amor gratuito, tratando de borrarlo como emblema mismo de lo peor, y la amplitud de esa ira y de su destrucción o vilipendio fueron coronados, luego, como la nueva cultura: la fealdad y los desechos, la indiferencia ante lo verdadero o lo falso, la víctima y el verdugo, la realidad o el delirio Y estamos recogiendo simplemente lo sembrado.

En este aspecto, podemos aceptar, desde luego, el análisis que ya en los años cincuenta del recién pasado siglo hacía Paul Goodman. “La cultura humana, decía, no es precisamente algo que esté ahí, a disposición de un niño, sobre todo en nuestro tiempo. Sinceramente equivocados, los educadores se han hecho muy tolerantes en cuanto a la instrucción moral. En el medio ambiente, hay poco orgullo de la tradición de héroes y mártires. Hay, sí, una plétora de conciertos, museos de arte y planetariums, enciclopedias infantiles y cursos académicos de apreciación del arte y de la ciencia en general, pero apenas se habla de los ideales desinteresados de la ciencia y el arte, que tampoco parecen obrar públicamente. La sacralización de esos ideales ya ni siquiera se da en los campus universitarios. Casi ningún joven en edad universitaria cree en la existencia de profesionales autónomos, o posiblemente ni ha oído hablar de semejante cosa. Los grandes espíritus del pasado no hablan a un joven como personas igual que él, ni aun después de haber aprendido su lenguaje, pero tampoco él se molesta en aprenderlo. Los viejos conflictos de la historia no le parecen conflictos humanos, y por eso carecen de interés. Se dice que, salvo los libros de texto (y podríamos añadir que los impuestos por el marketing comercial de los best-sellers, o los catecismos políticos) los jóvenes intelectuales leen un número asombrosamente bajo de libros, y ellos mismos atribuyen su falta de interés al atractivo más inmediato del cine, la radio, y la televisión, y a la rapidez con que se suceden las noticias en los periódicos. Pero sospecho que la línea de causalidad va por otra parte. (...) El proceso literario – lo mismo ocurre con las otras obras de arte – es una mezcla de tradición y excitación inmediata, de silogismo e información, de aprendizaje y metáfora. Cuando no hay sentido de la historia, los matices y complejidades de la literatura parecen carecer de contenido: entonces son irrelevantes y aburridos. Los jóvenes, en definitiva, sencillamente no logran seguir el hilo de un pensamiento orgánico y rico en historia, y por eso lo consideran un tren mecánico de frases…La masa de imágenes de televisión, discos, y películas, reduce aún más la posibilidad de utilizar frases inesperadas o nuevas hasta el punto de que el único modo de comunicar algo concreto es acudir a diversas inflexiones de gruñidos y exclamaciones, como lo demuestran las doce maneras de pronunciar nou a que se dedican incluso ciertos supuestos renovadores del lenguaje que no tienen ninguna idea o historia que transmitir seguramente, o no se percatan de que, como decía Faulkner los aspectos ambientales y tecnológicos en literatura, por ejemplo, son, en primer lugar, algo ajeno a ella, asunto de albañiles y constructores, de ingeniería y mecánica; y, luego, puro impedimento de ver lo que en el interior se expone, o pura pantalla, opaca y reluciente, para recubrir el vacío”. De manera que los mismos libros que, por su misma naturaleza de libro, se permiten estas demasías de hacer pensar y sentir, apenas pueden abrirse camino hasta su lector, y a los lectores poca esperanza queda de hallar pensamiento y hermosura en un libro. El libro de nuestro tiempo debe ser un texto inmediata y fácilmente accesible a todos, y que por eso no debe ir más allá de la inmediatez de los “mass media”, o de lo cotidiano, sin aventura espiritual, sin cuestionamiento de la subjetividad intelectual, moral, o sensitiva del lector, y, desde luego sin problematismo filosófico o científico

Y todo esto, tan exitoso, que fue tan ferozmente ironizado por Flaubert en su Bouvard y Pecuchet, dos tontos ciertamente técnicos, y no menos ferozmente definido como “ciencia para el pueblo” por Simone Weil, es obviamente pura ideología y pseudo-ciencia, y lleva a decir a Stephen Wizinczey que ya hay demasiadas personas agradecidas, “a cualquier simplificador que les diga que se aprenden más cosas sobre la difícil situación humana observando una tribu de babuinos o bandada de ánsares que de la Biblia o de Shakespeare, o que la confusa historia del hombre puede tornarse clara y sencilla con la aplicación de unas cuantas teorías económicas o el estudio de insectos que llevan sobre sus diminutas alas todo el edificio de la Sociobiología”. Porque, extraordinariamente preparadas para ello también hay cada vez más gentes “que sólo requieren una simple ideología para sentir que han ampliado sus mentes”. Y esto nos interroga dramáticamente sobre “qué clase de sociedad totalitaria va a desarrollarse”. Porque de este asunto de la educación o transmisión de la cultura y del saber depende todo, claro está.

Porque un hombre no es cualquier cosa, y no haría falta recordar a Ernst Jünger cuando frente a la la afirmación siempre solemne de la posibilidad de la existencia de hombres en otros planetas, matiza por su cuenta que quienes eso dicen parecen ignorar, desde luego, que un hombre no es una construcción de la fisiología, sino de la cultura; y, en primer lugar, es estatuído por el lenguaje y el pensar. Y por eso la lengua y la literatura tenían un lugar tan básico en los antiguos estudios, como las matemáticas y la geometría por otra parte, que siempre vigilaron la eventual irracionalidad de cualquier actitud intelectual.

Sean como sean las cosas, sin embargo, estamos aquí. El hombre sin atributos, cada uno de nosotros, enfrentado a su fragilidad, pero también a su esperanza, sigue tratando de nombrar el mundo con palabras, de entenderlo, y asumirlo. Por la memoria, sabe que es el mismo del pasado, que los muertos fueron hombres; y, por la palabra y la memoria, sabe también que hay más realidad que la realidad de lo dado; que su mente puede ser esclarecida y el corazón conmovido por una palabra pronunciada y escrita hace siglos, y que él mismo puede ser hecho hombre realmente por esa palabra. El príncipe de Lampedusa gustaba de decir que nadie deja de ser un mero bípedo implume, si no se mide algún día con los Pensées de Pascal; y, al afirmar esto, no hace con ello, desde luego, más que expresar un dato objetivo de la constitución de lo humano.

En ese mismo tiempo de entreguerras, en el que, como decía, se liquidó la vieja cultura, una figura europea de primer orden, el teólogo alemán, Dietrich Bonhoeffer, luego ejecutado por los nazis como comprometido en una conjura contra Hitler, se percató perfectamente de que lo que ponía alfombra a la barbarie era el descuido o la renuncia por parte de cada individuo, y desde luego en niveles colectivos, a esa autoconciencia de ser hombre con la más extrema calidad humana, y, en una especie de colosal testamento en la Navidad de 1942, escribía que, “si no tenemos el valor de restablecer un auténtico sentido de las distancias humanas y de luchar personalmente por él, sucumbiremos en una anarquía de los valores humanos… Cuando uno ya no sabe lo que se debe a sí mismo y a los demás, cuando se desvanece la noción de la cualidad humana y la fuerza para guardar las distancias, entonces el caos está ante la puerta”.

L. Frécderic Jacquard en su estudio sobre Saint-Cyran dice que “Pascal no ha hecho otra cosa que contar lo que ha visto entre los Solitarios cuando ha escrito: «No puedo concebir al hombre sin pensamiento. El pensamiento hace la grandeza del hombre. Es desde ahí desde donde es preciso levantarnos, no desde el espacio o la duración. Trabajemos, por lo tanto, en pensar bien: he aquí el principio de la moral»”; y esos Solitarios son “Messieurs de Port-Royal” como “Mesdames de Port-Royal” son las mujeres, incluidas las monjas. Y Jacquard explica: “Al darse el apelativo de «Monsieur», un tratamiento puramente laico, los Solitarios entienden que están afirmando la imprescriptible excelencia de la persona que piensa, pero en función del Pensamiento uno, transcendental, y soberano”, y “al concepto de «religioso» ellos opondrán la calidad de persona cartesiana y pascaliana”.

Lo único que tenemos que decidir, entonces, es si nos importa ser hombres, y que lo sean quienes detrás de nosotros vienen. “Lo que importa es el hombre, el Diluvio se puede inventar”, decía Max Frish; y, si realmente nos importa el hombre, nos importarán el saber y la cultura y su exigentísima transmisión. De otro modo, la cultura y el saber no se necesitan para nada, y “suerte has de tener, que de saber no has menester”. Porque ésta es, realmente, la tristísima hora en que no sólo la indiferencia o el desprecio, sino el odio mismo a la razón, a la belleza y al saber, al hombre y a todo lo humano – algo tan primario y oscuro, en suma -, parece que pretenden convertirse en novedad y anhelo gozosamente nihilistas. Pero de nosotros depende impedir que tal porvenir sea una noche más del mundo y se consolide como una servidumbre especialmente odiosa e inhumana.

José JIMÉNEZ LOZANO.

sábado, 30 de mayo de 2009

@#&!!

Algunos modernos/liberales –ni Dios ni Patria ni Partido ni Nada o eso afirman…- aprecian las cualidades humanizadoras y progresistas del arte, el amor, la creatividad, libertad, la inteligencia complexiva e ideatoria de posibilidades siempre nuevas y tal, y reconocen los valores emergentes de todo ello, pero no buscan explicación a su mayor valer que otras cualidades como la fuerza, la pujanza sexual, las habilidades sociales y estratégicas o el bienestar conseguido mediante expolio, servidumbres y sumisiones negadoras de la libertad.

Simplemente gustan de lo primero, deploran lo segundo, y se aprovechan de lo bueno y fácil que encuentran en cada área, sin plantearse otros problemas de índole más básica, mientras se hacen compañía y se dan coba mutuamente durante y tras el “show”. Plas, plas. Y mañana otra vez, gracias por venir.

Tratan de desatarse de todo compromiso, de toda normativa, pero erigen en tribunal inapelable de la razón a, “La Ciencia” (la cual, así, con mayúsculas no existe, es una utopía irrealizable por la naturaleza misma de las ciencias), y afirman simultáneamente el férreo dominio de unas exclusivas y excluyentes leyes o constantes físicas..... probablemente cuesta mucho ser consecuente con las propias convicciones filosóficas y nadie lo es del todo. Y resulta que hemos estado moviendo oscilantemente entre ideologías opuestas dentro de nuestros propios sistemas ideológicos....

Los agnósticos materialistas integrales han percibido al hombre en su concreción real, y por eso han venido luchando por su autonomía su bienestar y su poder adquisitivo pero, al concebirlo de un modo “zoológicamente” puro no han respetado la especificidad de lo humano, ni en realidad la libertad de pensar, si no es la suya propia.

Tachar a un creyente de poco dotado y de obtuso por el hecho de creer en algo más que en Arthur Jaffe, los bosones, los gravitones - y las bondades de la fundación CIVES - es una actitud totalitaria, intolerante y, sobre todo, injustificada y gratuita o generadora de una petición de principio.

El hombre, sin un horizonte que trascienda a la pura materia y al mero negocio, se asfixia; lo fáctico inerte no le motiva, le deprime, es como si se tratase de un vestuario en el que han empalidecido todos los colores, o de un jardín de plantas de plástico. No acaba de ser su mundo, sino un montaje como la casa de Gran Hermano, el set de “El show de Truman” (del que no se podía salir nunca ni se sabía qué podría haber detrás del telón de fondo) o como la otra ciudad, ideal pero asfixiante, convencional, descolorida e inaguantable, de Pleasantville.

Es su grandeza y la miseria que no puede darse por satisfecho con lo que de sí misma alcanza, pero para transcenderse no tiene en sí recursos ni energía. Pide a su mundo demasiado, lo cual es en absoluto siempre posible, pero no es receptivo de sus posibilidades prácticas ni percibe más allá de su visión pragmática todo lo demás.

Intuitiva y espontáneamente sabemos, aunque sea difícil razonarlo – y, para algunos, imposible: viven y ya está - , que existir es algo más que un proceso bioquímico y que el mundo es algo más que lo que pones en la solicitud de una hipoteca. Y este frágil saber o esta nostalgia da lugar al arte, a la filosofía y a la poesía, incluso la mala; y más allá todavía, o más profundamente, se sitúa el amor...

...Precisamente los agnósticos cultos o con posibles, o con posibles y cultos, saben apreciar como nadie la belleza, el arte, la literatura y hasta la elegancia banal de un par de calcetines...normal, como que se trata de los sustitutivos, indispensables por otra parte, de ese horizonte, superador de la prosa incolora, extenuante pero insípida, del día a día pragmático.

Y cuando no hay aquella capacidad y aquella cultura personalizada, no quedan, para los menos cultos, menos pijos, menos sensibles, sino el sexo casi obsesivo, el gimnasio o la piscina, los deportes, los concursos…más la violencia resentida y la droga. Esto y sólo esto es el universo de posibilidades últimas que la vida les ofrece, lo que le brinda al hombrecito medio de la calle, acaso llegado del quinto pino para hacer compañía a su madre pluriempleada.

Sorprende un poco el contraste: o constreñidos por límites morales y el superar las tensiones que esta sensación de limitación crea acaba dando aliciente a la vida; o sin normas ni reglas, y esa misma libertad de emperador romano, para nada y amorfa, hastía y has de compensar tu ir a ninguna parte con conductas en exceso transgresivas cuya acidez te va destruyendo y al mismo tiempo dando un placer y un encanto decadente y masoca a la vida, que acaba vaciándose de valores y cuyas motivaciones se vuelven predominantemente @#&!!

martes, 26 de mayo de 2009

Noruega, inglesa, africana, española, wtf?

“...Sin embargo Olav se sentía en disposición poco favorable cuando en primavera abordó las labores de la tierra. No era muy halagüeña la perspectiva de pasar un verano entero en Hestviken. No era que meditase sobre el hecho de que los días le parecerían mucho más vacíos ahora que estaba, por fin, libre de los tormentos de vivir con una mujer constantemente enferma. El tiempo le había parecido entonces muy largo; ahora pasaba muy deprisa, y su espíritu estaba saturado de una impaciencia que no le dejaba en paz. Era como si hubiera vendido su alma y hubiera salido perjudicado en el trato.

No era para extenuarse en aquel dominio encaramado en la colina, cerca de la bahía….ni para subir en sus barcos de pesca, remover la gleba, ir al molino o a Saltviken… no era para hacer todo esto para lo que había impuesto finalmente silencio a la voz que lo había advertido y que lo había traído durante tanto tiempo. El conflicto espiritual secreto que había sido toda su vida durante doce años, era como una trama tejida por el mismo y por el otro. Él se había comportado como una mujer que corta la tapicería que tiene en su telar, la arrolla y la oculta en una caja cerrada con candado. Para Olav era como si hubiese arrojado la llave al mar.

NO, él no había obrado así para vivir, en cambio, aquellos días de una monotonía y de una tranquilidad exasperantes. Había olvidado todo lo que había aprendido en Inglaterra y todas las reflexiones que entonces se había hecho hasta un punto que ni él mismo hubiera creído posible. Un vago recuerdo subsistía sin embargo, de lo que había determinado sus ideas: el canto de la chusma y el sabor de la sangre, a la vez amarga y dulce, de su juventud turbulenta, corta y arrojada, que el canto había evocado. Recordaba el placer que había sentido en los asaltos de lucha: de sus adversarios de carne y hueso, de los bandoleros de los caminos, que manejaban los cuchillos en las tinieblas. Parecía que le hubieran ofrecido las monedas de la traición: nada opulento, pero lo suficiente para arrastrarlo en el momento en que estaba a punto de renegar de Dios para siempre, dada la dificultad para un hombre felón y renegado de alistarse bajo el estandarte de su señor. Treinta monedas de plata no eran una suma que debiera tentar a Judas…si no hubiera habido la bolsa de viaje de Nuestro Señor, de la que de otra forma también hubiera habido de rendir cuentas.”

- Sigrid UNDSET, “Olav Audunssön” (III,715)

jueves, 14 de mayo de 2009

Discurso de la Corona de Demóstoles

“Atenienses [resumo tb, chapuceramente, de memoria], pienso que lo peor que os pasa en la cuestión [de defenderos] de Filipo es lo mejor: porque si no pudierais, eso sería lo verdaderamente peligroso, pero ¡es que podéis! Y ahora lo peor que os sucede es que no os ponéis a ello, y cada uno espera que sea el [su] vecino quien tome la iniciativa de enfrentarse…

¡..No!: que cada uno se sienta responsable de su propia causa y reaccione y se resuelva a oponerse por sí mismo a las intrigas y seducciones de Filipo. Pues todos juntos y resueltos podéis luchar contra él (y esto es lo bueno que tenéis), pero si no reaccionáis, ¿de qué os sirve?”

Filipo de Macedonia fomentaba, desde fuera, entre la clase política ateniense la DISGREGACIÓN, mediante una política de promesas, intimidación y sobornos para tener a todos a su merced y que no ofreciesen demasiada resistencia a su proyectada ocupación del Ática, como en realidad sucedió. La elocuencia de Demóstenes no tuvo ya ninguna eficacia en una sociedad entregada al nuevo “talante” creado por los agentes de Filipo.

Igual que entonces todo fue inútil, también ahora, pues el razonamiento de Demóstenes es en la práctica falso aunque sea de sentido común. El sentido común no funciona en el orden de las grandes masas, sino que la inteligencia baja hasta el nivel más bajo del menos inteligente y la agresividad o el miedo, según proceda, se incrementan hasta el nivel del más agresivo o miedoso.

Con el grupo no valen razonamientos, o sólo valen antes de sobrepasar un umbral de tolerancia. Y este umbral, entonces como ahora, ha sido sobrepasado ampliamente por los atenienses y por los estepaisanos.

Lo peor es que ahora no se trata (en apariencia) de un autócrata extranjero contra el Estado, como en tiempos de Hitler, sino de un poder destructivo emergente de la misma dinámica política estepaisana, funcionando como una “ley” física o química. El problema que nos afecta se halla organizado por sí mismo, lo mismo que la transmisión de las epidemias o la instauración de las endemias. Y funciona con una intención y unas estrategias que engañan y atrapan a los ciudadanos, aunque no haya que atribuirlas necesariamente a ninguna clase de seres personales…

martes, 5 de mayo de 2009

Reservoir Dogs

5 MAY 09

éste estado es fallido y acabará balcanizado sí ó sí. el artículo de mccoy ratifica lo que todo el mundo en lo que viene a llamarse españa percibe con más ó menos claridad desde hace décadas: andalucía es un caso perdido...

la industria catalana [esa tan competitiva que tiene que subvencionar la producción de modelos de automóvil casi a coste cero para el fabricante de turno] se va al garete por la desatención de la ciudadanía y los políticos de ese país, embobados en su contínua campaña de autobombo y victimismo y ¿de quien es la culpa?...obviamente de madrit, del pp y de aznar.

¿quien va a querer formar parte de esta merdé?

ni los de palencia a este paso...

(sigue dudoso)

Eso Beppe

Vamos a por otro modelo, este es un fracaso impresionante, sería bueno uno que pusiera aranceles en el ebro para todos los productos catalanes que los andaluces y madrileños compramos, así la riqueza se repartíria mucho mejor, como ya habéis conseguido que muchos andaluces no quieran ir a trabajar a cataluña porque no quieren que le laminen su cultura y preferís moros y pakistaníes, pues vamos a repartirnos el mochuelo entre todos. Una botellita de cava, pues un euro para la región que la compre, así con la subida de precios de esos productos se consigue que muchos productores locales se animen a realizar vino espumoso y eso múltiplicalo por todo y verá como conseguimos que se reactiven industrias en todos esas regiones, que compraban yogures en cataluña creyendo que eran "españoles" y que les repercutía a todos ellos. La verdad es que los que compran productos catalanes no son más tontos porque no se entrenan.

El intentar infundir odio entre Andalucía y Madrid [situación que a quien únicamente beneficia es a cataluña, ya sabes, divide y vencerás] es propio de ese nazi[onalsocialista] que te aflora por las orejas.
El 90% de las inversiones de "Madrit" han sido con recursos de la comunidad o del ayuntamiento [m45-Metro-M30] porque Madrid no invierte en embajadas, deportes "nazionales" y demás basura separatista. Y tb te recuerdo que no se ha hecho obra pública en Madrid desde hace 6 años [claro que hay que pagar la deuda histórica catalana ¿¿??].

ue morro????
¿cuanto tiempo hace que no vive en Madrid? La situación industrial ha cambiado mucho, mire los números.

Sí, lo pagarán los madrileños en el año 50, pero eso ayudará a crear riqueza para Madrid y para el resto de España [le recuerdo que allí no se quedan con los impuestos en referencia al PIB propio como en cataluña o todos como en el Pais vasco]

Lo del aeropuerto, tres cuartos de lo mismo. Además de una olimpiado que está por el medio [lo digo por lo de innecesario]

Madrid no tenía industria, querrá decir, se lo repito, mire los números.

Le indico que la CMT se trasladó definitivamente a Barcelona, ya me estrañaría que la bandera ondee en su edificio, y fue muy bonito, si, como se le jodíó la vida a un montón de trabajadores [no sólo "Madrileños"]

El cierre de la M50 lo va a pagar la CAM [aunque le corresponde a Fomento], como ya pagó la construcción de la M45. Las radiales las han pagado empresas privadas en régimen de explotación. La ampliación de metro lo ha pagado la CAM. Las obras de la M30 las ha pagado el Ayuntamiento de Madrid. Los 27 nuevos hospitales los ha pagado la CAM [no gastarse dinero en embajadas ni en informes sobre la raza permite hacer este tipo de cosas]. Las multinacionales eligen libremente instalarse en Madrid en vez de en otras ciudades, sin que nadie les ponga una pistola en el pecho. Salvo la T4 [que, ya puestos, podríamos haber pagado los madrileños y nos habríamos ahorrado que cualquier papanatas nos lo eche en cara], alguien puede decirme que otra obra se ha hecho en Madrid con cargo al Estado, que no se haya hecho en otras comunidades? Me refiero antes de 2004, porque desde entonces, el Estado no se ha gastado un euro en esta Comunidad.

uy bien, deberíamos hacer un parlamento ambulante, que no esté en Madrid permanentemente, es más costoso, pero que diantres, ¿será por dinero.....?

Luego podríamos poner el banco de españa ambulante e ir llevando las onzas de oro [si es que solbes ha dejado alguna] en autobuses de la EMT y las paseamos por los pueblos de españa.

El bernabéu ¿que coño hace en la castellana?, ni que todos los madridistas fueran de Madrid, pues lo montamos en un airbus y a pasearlo por la geografía española.

Al que si que hay que airear es al Ministerio de Agricultura, ¡¡que bonito es el jodío¡¡, pues nada, cuatro millones de ruedecitas y a dar una vuelta por la españa cañí, podíamos aprovechar el viaje e ir a aparcarlo a lado de la casa del bobo de Beppe [o era Asno] y que pueda pasearse por sus pasillos y estancias, lo que iba a disfrutar poniendo esteladas....

¿Y el Prado?, a ese si que le tengo manía, lleno de antigüallas, un paseíto por jaen y la costa del Sol para que coja color y podemos aprovechar y ampliar el Paseo del Prado a mayor gloria de Gallardón.....

[Esto parece una utopia, pero después de leer algunos comentarios creo que este país lo aguanta todo...]

Tal cual....

Eso que Vd. dice para los indocumentados periféricos. Además de aguantar que expolien a toda España todavía mienten para justificarlo. Igualito a como se hicieron las Autopistas barcelonesas con el AVAL DE TODOS LOS ESPAÑOLES guiados por ese anticatalán tan raro llamado Franco.

Andalucía, con su 30% de desempleados y su medio millón de funcionarios-votantes, es un buen ejemplo de que la "presión de la calle" no existe si no se la atiza desde la izquierda y si se encuentra bien engrasada la maquinaria de propaganda de la cuna a la tumba [muy bueno eso de que la Junta compita con El Corte Inglés en publicidad... con el dinero de sus víctimas]. En un régimen donde están domesticados los sindicatos y los medios de comunicación, la situación social, por degradada que esté, puede mantenerse durante décadas [como sucede donde gobierna el PSOE] o durante siglos [como en Latinoamérica]. El modelo se trata de exportar al resto de España, pero ... ¿quién nos pagaría la "deuda histórica"? ¿Francia?

No tiene ni idea idea mire este reparto:

"Madrid acogió hoy la ceremonia simbólica de entrega a las comunidades autónomas de los más de 26.500 millones de euros que la CE ha asignado a España para programas operativos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional [FEDER] para el periodo 2007-2013.


"Andalucía, con más de 6.800 millones de euros, Galicia [con más de 2.100 millones], Castilla La Mancha [con 1.400 millones] y Extremadura [con 1.500 millones] son las comunidades autónomas que más ayuda europea recibirán para el período 2007-2013."



Seguir mintiendo para encizañar madrid con Andalucía puede ser bonito para sus intereses pero creo que mentir es feo y creo que también es pecado, y se puede condenar...

El problema qes que todos esos fondos van a parar a un gobierno entre corrupto y clientelar, ese es el problema no lo que Vd. da a entender.

De donde has salido? ¿Pero lees las cosas que escribes antes de darle al ok? Las autopistas se hicieron porque había un aval, sino no se habrían hecho.
Las pagan quienes las usan [¿te suena eso del peaje?

En Madrid se gastan el dinero en eso, por eso la M-50 y la M-45 son gratis, no así las radiales que se han hecho por cencesión.

en CAt se gastan el dinero en otras cosas, mucho más "importante" como son la lengua, joder a los comerciantes castellanohablantes, poícía propia, embajadas para catetos, rotulaciones en catalán, etc, pues es lo que hay.....

"Se conceden multitud de obras [hubo quien djo que todo fue un comboluto similar al de MATESA] a Autopistas Concesionarias Españolas, que constituyeron la sociedad Autopistas de Cataluña y Aragón [ACASA]. A cambio de la construcción, financiada en el 25% por el capital de la sociedad resultante y el resto por recursos ajenos [una buena parte de los cuales son captados en el extranjero con el aval del Estado español la concesionaria explota en régimen de peaje la autopista a lo largo de 25 años.."

Y todavía hay que aguantar esa falacia de que allí pagan autopistas y en Madrid no, es indignante. En Madrid se invierten los recursos en eso y allí en lugar de agradecer que con un aval del estado pudieran tener autopistas cuando en el resto de españa ni sabíamos que era eso...todavía hay que dorarles la píldora.

No se trata de medir nada, se trata de acabar con el victimismo que , además, historicamente, es una falacia.

Este paçistiene un potencia enorme pero está encosertado por 17 gobiernos, 17 formas de robar, 17 formas de acomodar a los propios, es inviable....

verdadero estado federal"

¿A que se refiere vd.? Mexico y Argentina son estados federales, y sus estados federados no tienen ni el 30% de las competencias que tienen aquí las CCAA

Juridicamente se puede hablar de descentralizacion y de desconcentración [no son exactamente lo mismo, pero si quiere profundizar adquiera un buen manual de derecho político comparado] en función de cómo se acerca el poder de decisión en determinadas materias, principalmente por la proximidad al ciudadano. Dicha estructura es propia de países de gran extensión geográfica [EEUU, Canada, Rusia] o que por motivos historicos especiales [Suiza o Alemania].

Pues bien, NO EXISTE HOY NINGUN PAIS EN EL MUNDO CON NIVELES SUPERIORES DE AUTOGOBIERNO EN SUS TERRITORIOS QUE ESPAÑA. Tan sólo Suiza y Alemania son comparables. Claro que en estos países no se consideran "discutidos ni discutibles" ni pretenden ir cada uno por su lado. A título de ejemplo, EEUU esta a un paso por detrás.

De hecho, la tendencia en estos países es unificadora, en sentido contrario al de aquí. Bélgica sería la excepción, pero es un país que no tiene ni 200 años y con na historia particular. Aun así, no van a llegar más allá.


nteresante tu propuesta decálogo en #152 y 154. Lástima que hayas concluido, estimado “beppe” con una coletilla absolutamente inapropiada. No todos los que podamos disentir de todo o parte de tu decálogo somos “neofascistas españoles”. Me parece que te has pasado una cantidad excesiva de pueblos, cosa que ya habías hecho con tu asnada previa.

Respecto a la romántica y ultra pasada de moda expresión “federal” que mencionas, estimado “beppe”, coincido plenamente con el estimado “blofeld” #152. Ya te dije en otra ocasión, y te lo vuelvo a repetir: en los presupuestos 2009, las CCAA consumirán el 60% del gasto público, una cifra casi inimaginable y que compara con menos del 29% para instituciones análogas en los estados federales. Los gastos de las entidades equivalentes a las CCAA en los países de estructura federal, cantones, länders, o Estados, son los siguientes: Suiza [28%], Alemania [23%], EEUU [29%], Austria [16%]. Y fíjense Uds. en el disparate que esto representa, porque España ni siquiera es un Estado Federal. El Estado autonómico tiene que retroceder hasta el nivel de un Estado Federal, ningún país del mundo puede financiar esta barbarie.

(blofeld)

Andalucia ostenta una leyenda negra de señoritos de cortijo, latifundios poco productivos y población rural inculta, postergada y mísera, pasto de reivindicaciones de la izquierda y principal cantera del voto subsidiado del Partido Socialista y también de Izquierda Unida. Las zonas rurales siguen ancladas en el pasado, con la convicción [trasladada de padres a hijos y de abuelos a nietos] de que su futuro ha de ponerse en manos de la izquierda. Una “memoria histórica” paralizante, tergiversada y tendenciosa, el bajo nivel de los planes educativos y el eficiente aparato de propaganda socialista, sobre todo desde la RTVA, mantienen una decisiva cuota electoral fiel al partido, donde “el miedo a la derecha” se cree a pies juntillas.

El Partido Andalucista, que tuvo tiempos mejores, se equivocó siempre al sustentar coaliciones de gobierno de izquierdas que no permitieron mejorar las cosas y le fueron diluyendo como partido, perdiendo sus notas diferenciales que sí pudo haber reforzado de sustentar los cambios que proponía el PP, como partido mayoritario de oposición.

Ni Javier Arenas, politico hábil y con las ideas claras, ni nadie ha podido hasta ahora atraer votos suficientes para desactivar esta izquierda que tapona el desarrollo económico andaluz y la modernización de la mentalidad de sus habitantes. La mayoría de las capitales andaluzas son gobernadas por el PP, e incluso muchos pueblos importantes, sometidos a impedimentos y continuas trabas desde la Comunidad Autónoma para el desarrollo de su gestión. Pero la mayoría de las poblaciones rurales y las Diputaciones Provinciales siguen en poder del partido socialista gestionando sustanciosos presupuestos en favor de su voto cautivo al estilo cortijero.

Por eso no sale Andalucía de su marasmo. Por sectarismo ciego y sordo. Y eso no hay lider opositor que lo cambie mientras la gente tenga el estómago lleno, el desempleo rural asegurado, el arraigo cateto y una mentalidad con escasas aspiraciones. Es eso, es cuestión de mentalidad.


Es que en andalucía, en buena parte de sus poblaciones, se ha sustituido al Señorito por el Partidito [PSOez] y claro nada ha cambiado desde hace 300 años. En las ciudades se enteran de algo y tienen un poco de opinión para decidir, pero entre vd. en el triángulo Ecija-Sevilla-Antequera y cuente esta milonga.
Durante decenios el Señorito tenía el "parné" necesario para mantener bajo su mando a capas enteras de la poblacion, jornaleros, profesionales, a los que repartía el sustento a su antojo y en sus condiciones, ahora es el Partidito el que maneja el "parné" [presupuesto] y lo reparte a su antojo entre sus leales y los que quieran recoger las migajas. Así tenemos un pueblo cautivo y esclavo, acompañado por la Tele Andaluza [una de las más vistas, junto con la catalana, qué casualidad]] Quitar eso en esta partitocracia va a ser imposible.

(Dudoso)

En el siglo XIX Cataluña era mayoritariamente castellano-parlante, como el resto de España, incluidas las provincias vascas.

Hacia 1833, y fruto del Romanticismo de la época, surgió entre la alta burguesía el movimiento denominado Renaixença en donde se reivindicaba un pasado glorioso durante la formación de las diferentes naciones europeas, en la Edad Media, que abarca el idioma catalán que estaba en desuso.

Le recuerdo que Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde nació en 1892, y no tuvo nada que ver con la decadencia, y casi desaparición del catalán, que por entonces estaba relegado a dialecto porque no lo usaba nadie, ni nadie tenía interés por él: no era útil.

Y para la alta burguesía resultó una especie de “mueble chic”, una especie de stradivarius. Una moda romántica hasta que a alguien le interesó el tema para usarlo como herramienta económica, ergo política, algo que mimetizó la oligarquía vasca pocos años más tarde.

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No te pongas así, hombre, al principio me parecía increíble tu sarta de post, pero ahora te voy cogiendo el hilo. Me haces recordar una película francesa llamada "La Cena de los Idiotas" . Trata de unos amigotes que se dedicaban a llevar a su casa a cenar a los tíos más tontos que se encontraban para reirse de ellos. En una de las escenas uno de los protagonistas después de escuchar a su "tonto" durante un largo rato y alucinado con las tonterías que hacía y decía llamó a su amigo y le dijo " Le mien n'a pas limite" .

Pues chico, que quieres que te diga, te retrata la cuestión 100%. y como yo he sido el que ha invitado, me voy a quitar la mesa. Buenas tardes.



Respeco al rollo de SEAT en Barcelona. Yo leí en su día que cuando se decidió hacer un coche "español" los consejeros de Franco barajaron dos opciones: Volkswagen, en cuyo caso, la empresa estaría cerca de Coruña, dado que la maquinaria pesada entraría por mar [al principio lo único que se pretendía era montar los coches que llegaban despiezados] y Seat, en cuyo caso los materiales entrarían por el puerto de Barcelona. Se optó por Fiat y para ello se creó la Zona Franca. Yo nunca oí hablar de las "exigencias" de Fiat que menciona Pep.pe. Pero en fin ¿a quién le interesa la verdad de la historia? ¿Cómo va a aceptar un nacionalista que Madriz decidiera crear miles y miles de puestos de trabajo en Barcelona? ¡Venga ya, hombre! Nadie se va a creer eso. ¿Y eso de que las primeras autopistas, en pleno franquismo centralista, se hicieran en Cataluña y el Pais Vasco? Yo leí que como no había dinero hubo que pedir un crédito al FMI y por eso eran de peaje ¡Y encima los beneficiarios se quejan y dicen que son de pago! Pero un país centralista: un ministro de obras públicas y un dictador [ambos gallegos, pero residentes en "Madrit"] tomaban decisiones que consideraban beneficiosas para todos.

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Dígame que comerciante, empresario, profesional liberal o trabajador que no esté marcado como xarnego se atrevería a decir algo contra la mafia nacionalsocialista que impera allí en público y quiera seguir allí trabajando, claro. Vd. pide un imposible.

¿Hay alguien sin escolta que en el país vasco diga en público, en la plaza, que los terroristas son unos malnacidos?


La falta de libertad de este país es tan indescriptible que está asumida en algunos sitios de forma natural. Tras 40 años de dictadura que más dan otros cincuenta de dictadura nacionalista.

Un familiar mío tenía un bar en Hospitalet y cuando venía de allí bufaba contra el Establishment por estos temas. Cando le pregunté que le decían cuando le oían hablar así me lo dejó claro: "Allí ni palabra hasta que no traspase el puto bar..." Llevaba 25 años en Cataluña.

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supongo que tendrás elebaorado una mnual del "buen español", es del que presumes y que se impondrá, no te quepa duda. Te agradeceríamos, los que estamos un poco lejos, que nos los fueras adelantando. Creo que hoy ya está claro uno de los precpetos:

- Todo buen español debe llevar a su hija a clase de danza… española, por supuesto.

Ibarretxe rechazaba las acusaciones de xenófobo [odio al gitano, extranjero, al maketo o coreano] diciendo que se dignaba practicar ciclismo con un tal Fernández. Desde entonces, ya se sabe que un buen vasco de Dios y fueros, hacha y serpiente, debe practicar ciclismo con un Fernández, no con un López, no confundamos.

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De leer tantas mentiras se cansa uno. Es FALSO que Madrid sea una succionadora de recursos o que no tenga industrias [hasta una fábrica de coches y otra de aviones hay].

Mucho más lo son los cuentos sobre autopistas [en Madrid NO hay más autopistas de no-peaje que las M-40 y M-50,que son vías que sirven a tránsitos de toda España,de hecho hay un proyecto de autopista Segovia-Avila-Toledo-Tarancón-Guadalajara-NI al norte de Somosierra-Segovia] que hará que los tráficos sin origen o destino en la capital transiten por ella. Aparte de eso,nada porque las radiales y la A-6 [la única autopista de verdad entre las radiales], son DE PAGO, algo que yo adoro y un progre más debería hacer,porque está muy feo pretender que un pobre nos pague el capricho de ir en nuestro cochecito.

Es FALSO que de BCN no puedan salir vuelos intercontinentales y de hecho los hay hacia EEUU,México,Colombia,BRasil,Pakistán,Singapur o Japón,creo recordar,y seguro que me dejo alguno. Es cierto que IB no ha considerado estratégico El Prat para esos vuelos,pero es asunto de sus gestores,que tienen una estrategia consistente en pasar el tráfico hacia Oriente por LHR y traerse a MAD el inglés a LATAM.

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(no)

Que muchos de las sedes sociales estén domiciliadas en Madrid a los ciudadanos de esta comunidad no nos hace más ricos dado que los impuestos por IVA y por Sociedades que ellos ingresan en la Delegación de Hacienda no van a la autonomía de Madrid, ni ésta pretende tener una cuota especial sobre ellos. Distinto es el caso del Pais Vasco que si se ingresa y gasta directamente en esa Comunidad y distinto quiere ser el caso catalán que se han atribuido en el Estatut una cuota especial de todo impuesto allí ingresado, bajo el peregrino argumento de los "impuestos que paga Cataluña", que sin embargo los pagan las personas físicas o jurídicas. Y en el caso del IVA sin correlación entre lugar de ingreso y lugar de pago.

Ambos dos hechos manifiestamente injustos qie darían para libros sobre Derecho Público.

Respecto a la muy mermada Adn. Gral. del Estado, su morada madrileña es una carga de gastos para el Municipio sin ningún ingreso, está exenta; salvo los de los desafortundos provincianos que obteniendo plaza, cada vez menos, se ven obligados a trasladarse a tan cara y caótica ciudad. Los policías piden el traslado en cuanto pueden; ¡así está la seguridad!.

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Es FALSO que el sesgo hacia CAT/PV de la inversión durante el franquismo obedeciera a criterios fuera de políticos, como prueba que el pico de renta de esas regiones contra la media Española se diera en los últimos 50,justo cuando había apertura CERO,la situación habitual de España de 1850 a 1993 [hasta Maastricht,con pequeñas aperturas,crecientes,en 1959, 1970 y 1986]. Cuba NO pudo tener industria por interés catalán bien gestionado en Madrid por el lobby,de eso se acuerdan bien allá, y el nacionalismo curiosamente surge tras perderse los últimos mercados ultramarinos y hacer cuentas los chicos del lobby sobre la conveniencia de buscarse otro padrino o de redoblar el esfuerzo proteccionista no fueran a entrar trapos belgas o ingleses a mitad de precio.

Mi madre es venezolana y cuando llegó a España en los 60 descubrió horrorizada que los coches eran carísimos y limitada la elección a modelos nacionales. Ni siquiera es cierto que SEAT tuviera que ir a Cataluña por alguna superioridad local,como prueba que en 1960 ya había fábricas de coches en Vigo,Valladolid o Madrid, de capital privado. En el franquismo el Estado controlaba hasta la cuota parte de inversiones privadas por region

Tampoco son ciertos todos los cuentos victimistas sobre la lengua,de hecho si en España sobreviven lenguas aparte de la nacional es porque LA MAYOR parte de españoles de cualquier región nacidos antes de 1930 no recibió apenas instrucción, ya que en países plagados de lenguas y engendros asimilables [Francia,Italia, UK], sencillamente las lenguas de pocos hablantes fueron arrolladas sencillamente por el sistema escolar, habiendo DEMOCRACIA. Ahora algunos pretenden "volver" a lo que nunca ha sido alegando insensateces del calibre de que existen lenguas "propias de la tierra" aunque haya personas sobre ella que no se quieran enterar e insistan en hablar la de sus madres.

Sí es cierto que el flujo CAT-Resto de España en lo fiscal es más o meno equivalente al Resto de España-Andalucía,con lo que la segregación [yo creo que llegará,aunque ojito porque el reventón cajeril donde más sustos dará y más % del PIB regional representará ya les adelanto que es en CAT, nunca más nadie dirá en esa región aquella tontería de "too big to fail"] tendrá inmenso coste para Andalucía y eso el PSOE y PSC deben explicarlo clarito,aquí no caben trampas ni robar a los nietos,puerta que pronto cerrará.

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Abundando en el tema, el Prof. Ezequiel Uriel ha coordinado el mejor estudo hasta la fecha de los flujos fiscales y efectivamente DEPURA de sesgos el IVA y el IS [impuestos que en todo el planeta son NACINALES para evitar distorsiones según sede social] al igual que reparte las inversiones con criterios que alguien podrá discutir, pero es una majadería sostener que la N-III solamente beneficia al malvado "Madrit" por cuanto es la vía que gallegos,Asturianos o castellano-leoneses usan,accediendo a Madrid por la N-VI,por cierto, para viajar a la C.Valenciana o Murcia,por ejemplo.

jueves, 16 de abril de 2009

...

16 ABR 09

a mí estas especulaciones sobre la potencialidad siempre me ha recordado aquel viejo cuento del hijo que le pregunta al padre:

-papá: ¿cual es la diferencia entre potencialmente y realmente?

el padre le contesta:

- verás hijo, llama a tu madre y a tu hermana y te lo explico.

vienen las dos y elpadre le pregunta a su mujer:

-tú...¿si te dieran 1.000 € joderías con un hombre que no fuera yo?

la mujer ofendida contesta que de ningún modo. pero el padre insiste y le pregunta otra vez:

- ¿y por un millón de €?

la madre se detiene a pensar y al cabo responde:

- ¡sí!...por esa cantidad lo haría.

el padre le hace las mismas preguntas a la hija y ésta le responde igual que la madre, entonces el padre se dirige al hijo y le dice:

- cómo has podido escuchar, hijo, en esta casa potencialmente tenemos 2 millones...pero realmente sólo dos putones.

pues la india cómo que lo mismo...potencialmente no sé donde pueden llegar, pero en realidad son pobres cómo las ratas.

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Y parece además que Brasil tiene petróleo en cantidades desorbitadas,se habla de que los recientes descubrimientos de Petrobras [tecnología propia,por cierto] en aguas profundas rondan los 90 Gigabarriles,lo que les asegura la independencia energética para un siglo. Y el potencial agrícola y ganadero es brutal,de hecho gracias a Brasil,Argentina y USA comen países como China.

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Lo que le falta a India es un acelerón inversor realmente masivo en materias como electrificación,saneamientos,escuelas rurales, informatización/enseñanza del inglés y, este último ya lo tiene en marcha, carreteras y ferrocarriles.
El problema es que la democracia es un obstáculo en cierto modo para una política de sacrificios forzados hoy a cambio de beneficios mañana.
Una ventaja que tiene India sobre China es que demográficamente no llegará a ser un país envejecido a la europea mucho antes de ser lo bastante rico para crear un sistema de protección social, que ese es el futuro que a 3 décadas vista afrontan ya sin remedio los chinos.

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¿alguien se imagina a los diputados laboristas británicos encabezando una campaña en el europarlamento para poner fin a las arbitrariedades, cuando no manifiestas ilegalidades ó incompatibilidades con las directivas de la ue?

¿alguno de ustedes cree capaz a los socialistas franceses de solicitar al europarlamento una revisión de las desvergonzadas ayudas estatales al agro ó a las empresas semipúblicas de allí?

¿alguno de los que se rasgan las vestiduras aquí y ahora cree imaginable una iniciativa de los socialistas alemanes para detener las ayudas de la ue a los países del este que no son más que las maquiladoras del gigante industrial alemán?

creo que dirían ¡no! en su casi totalidad...

pues bien: sepan que el p.s.o.e. encabezado por una eurodiputada ardiente e infatigable luchadora contra el salvaje urbanismo [sin embargo cuenta con enorme casoplón colgado del acantilado del mascarat de altea, juraría que dentro de la línea de costas] encabezó una furiosa campaña de desprestigio de la costa valenciana cuyas consecuencias son ese bofetón que nos ha dado europa y que nos va a costar miles de millones de € en inversiones que irán a otros países.

gracias, elena.

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parece que sigue la disertación sobre potenciales potencias del futuro...me ha dicho un tal borat que kazakhstan tiene un gran futuro.

el país posee enormes yacimientos de cromo, níquel, cobalto, molibdeno, plomo, bauxita, uranio y, lo que es más importante ya que hacían referencia a lo de aep: ¡¡cobre!!.

y ahora entonen el himno nacional de kazakhstan conmigo:

AHORA, PÁRENSE PARA ENTONAR EL HIMNO!!!

Kazakhstan greatest country in the world.
All other countries are run by little girls.
Kazakhstan number one exporter of potassium.
Other countries have inferior potassium.

Kazakhstan home of Tinshein swimming pool.
It’s length thirty meter y width six meter.
Filtration system a marvel to behold.
It remove 80 percent of human solid waste.

Kazakhstan, Kazakhstan you very nice place.
From Plains of Tarashek to Norther fence of Jewtown.
Kazakhstan friend of all except Uzbekistan.
They very nosey people with bone in their brain.
Kazakhstan industry best in the world.
We incented toffee and trouser belt.
Kazakhstan’s prostitutes cleanest in the region.
Except of course Turkmenistan’s.

no lo duden: inviertan en kazakhstan...


vaya se me olvidó la mejor estrofa del himno nacional klazajo:

Kazakhstan, Kazakhstan you very nice place.
From Plains of Tarashek to Norther fence of Jewtown.

Come grasp the might phenis of our leader.
From junction with the testes to tip of its face!

increíble país de futuro...

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ya quisiéramos los que frecuentamos este lugar que fuera el argentino el modelo al que nos encaminamos...en esa selva sobreviviríamos el 95% de los foreros.

el problema es que vamos a algo más parecido a la nicaragua de carlos godoy y los de palancagüina...ahí estamos todos jodidos salvo el líder máximo y sus pretorianos.